Hubo un tiempo en el que este país soñaba con libertad. Con democracia. Con todas esas bellas palabras y conceptos que imperaban en los países civilizados. Vale, sí, no era una democracia perfecta lo que había en esos otros países, pero era una maravilla comparada con lo que teníamos aquí. Hoy la cosa no ha cambiado demasiado: sigue siendo una maravilla en comparación con la falsa democracia española. Y a partir de ahora se prohíbe toda crítica, toda protesta. Ya no se permite ni el derecho al pataleo. Prietas las filas, impasible el ademán.
2 comentarios:
tan impasible como el culo del de enfrente en el sofá.
la amnesia y la anestesia es lo que tienen.
gracias.
Ets!! Mil euracos por escribir lo que ha escrito. Y no se me resista, que le planto treinta mil.
Y no me llore.
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