Mariano, joven actor universitario, siempre leía las acotaciones como si fueran parte de la representación. Decía de pronto cosas como: «dirigiéndose al público». O: «tiernamente, le coge la mano a la chica». Cierta parte de la crítica estaba subyugada por esto y lo llamaba metateatro.
1 comentario:
Años después, la corriente literaria se denominó "metaporculo".
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