lunes, 5 de agosto de 2013
Colarse
Hace meses, me escribieron desde una editorial para decirme que la obra que les mandé había pasado el primer filtro de selección y preguntarme si me interesaba que siguiera el proceso. Les dije que sí, claro, aunque las dudas me invadían. ¿Cuántos filtros serían? ¿Valía la pena clasificarse para cuartos de final y luego caer en los penaltis? ¿No sería cruel dar esperanzas a un autor antes de tiempo? Pero había que intentarlo, enfrentarse a lo desconocido como un explorador que buscaba algo inconcreto: las siete ciudades de oro, la fuente de la eterna juventud, El Dorado; en fin, en cualquier caso, la gloria o algo que, de lejos, se le parecía.
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1 comentario:
Al fin un lector de editorial con dos dedos de frente. Aleluya.
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