Hago guardia, piensa el hombre que espera a su mujer frente a los probadores de la tienda de ropa. Hago guardia para que mi mujer pueda cambiarse con tranquilidad, sin miedo a ser asaltada por maleantes. Mi presencia aquí es de una importancia vital. Soy el guardaespaldas de mi mujer. Estoy aquí y ella respira tranquila mientras se prueba una blusa o una falda. Estoy aquí mientras dure el mundo, lo que parece que va a ser mucho.
1 comentario:
Es mejor asomarse repentinamente y decir "¿A ver cómo te queda eso, querida?".
Los probadores son unos generadores de morbo increíbles.
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