—Buenos días, somos los extraterrestres —dice una voz por el teléfono.
—¿Cómo dice?
—Tenemos rodeado su planeta, salgan ahora mismo con las manos en alto.
—Pero esto es altamente irregular.
—Claro: es el elemento sorpresa.
—No sé si estoy autorizado a evacuar la Tierra, tengo que consultar con mi superior.
—Consulte, consulte.
—De acuerdo. Oiga —contesta al cabo de unos minutos—, dice que no puede ser, que no tenemos presupuesto ni medios.
—Eso es inaceptable.
—Resulta que harían falta cohetes espaciales, ¿sabe? En cantidades ingentes. Además, no tenemos jurisdicción sobre el resto de terrícolas.
—Vamos, que me está diciendo usted que tendremos que sacarlos nosotros.
—Lo lamento mucho, señor, pero así es.
—Bueno, no es culpa suya. Consultaré con mi superior el curso a seguir y ya me pondré en contacto con usted. Muchas gracias.
—A usted.
4 comentarios:
Los burócratas siempre terminan poniéndose de acuerdo y celebrando con orgías de cuños. Es su naturaleza.
Bueno. ¿y sí dejamos de comernos las pollas y nos ponemos a ello?
De eso nada. Yo sigo un ratito comiéndome la mía. Hombre ,ahora que al fin llego...
Por otra parte, si salimos con las manos en alto, ¿quién conduce?
Que bien cantado me ha fascinado tu blog y este post en particular me parece excelente
saludos desde argentina
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