Con el espíritu del escritor primerizo, me pasé el otro día por una librería para disfrutar de la visión de
Órbita 76 en sus estantes, pero habían vendido el ejemplar que tenían. Me pregunté entonces por ese lector anónimo. Quién sería, qué motivo le había llevado a adquirir el cómic, si nos conocía de algo o simplemente le había convencido la obra. Lo imaginé yendo por la calle con el cómic bajo el brazo, orgulloso de su compra. Seguro que era una buena persona, pensé, llena de virtudes.
1 comentario:
También cómics? Eso no lo sabía! Fijo que ese lector, además de buena persona, tiene un gusto excelente para todo. Me lo imagino hasta guapo!
Besos :-)
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