Me dedico a mirar a las mujeres. Me dedico profesionalmente, pues los grandes almacenes me pagan para que me pasee por ellos y lance miradas intensas a las mujeres que acuden en busca de alguna ganga. Así, interesadas en el hombre misterioso que las miraba de esa seductora manera, vuelven con frecuencia con la esperanza de encontrarme y, para disimular, siempre compran algo.
1 comentario:
Maravilloso truco de márketing. En los bares también podrían poner camareras muy atractivas para que... ah, nada, no he dicho nada.
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