sábado, 16 de junio de 2012

El sabio uso de los recursos escasos

Hace años gané el primer premio del certamen de literatura de Pinares de Entretiempo. Todo el mundo me felicitó por mi excelente relato: Los desvelos constantes, la historia de una familia a través del tiempo. Qué proyectos tienes ahora, me preguntaban, y yo contestaba: tengo varios, pero no puedo revelarlos todavía. Era mentira, no tenía ninguno. El éxito, aunque era un éxito menor, me abrumaba y paralizaba por completo. Me tiré meses sin escribir una palabra, hasta que una mañana me llamaron por teléfono para preguntarme si me interesaba convertir mi relato en un guión cinematográfico. Una cosa pequeña, me dijeron, un corto. Acepté para desengrasar la mente, pues me veía capacitado: era recorrer el camino familiar y muy transitado de mi relato. El corto ganó el primer premio del certamen de cortometrajes de Pinares de Entretiempo. Volví a ser felicitado por esto y volvió también la pregunta: qué proyectos tienes ahora. Yo me hice de nuevo el misterioso, aunque no lo sabía. Las ideas siguieron sin acudir y el tiempo pasaba, así que le ofrecí a un dibujante adaptar mi relato a cómic. Fue otro éxito y nos llevamos el primer premio del certamen de cómic de Pinares de Entretiempo. Después de esto, hice Los desvelos constantes, la novela, y Los desvelos constantes, el largometraje. En la actualidad trabajo en la adaptación teatral, que creo que será bien recibida.

3 comentarios:

Microalgo dijo...

Qué peligro.

Golfo dijo...

Suele decirse que cada artista no hace más que una sola obra en su vida. Que todas son en verdad la misma y única obra...
adaptada a la canción, a la nouvelle cuisime, al arte web, al funambulismo :)

Alejandro Morales dijo...

Obras o personajes que pasan de ser un éxito a una maldición. Cadena pesada que arrastrar por los pasillos de mi casa hasta el cuarto de baño, hasta el ordenador, de la cocina, al ordenador, a tirar la basura... Lo siento, es que el entretiempo me deja el cuerpo destemplado.