Madame Retourner, la famosa médium, entra en trance con facilidad debido a que tiene la tensión baja. Esto le viene de perlas para desempeñar su actividad, aunque tiene sus inconvenientes cuando está dando un paseo.
—Yo quería hablar con Hitler —interrumpe un personaje al narrador.
—¿Con Hitler? —pregunta ella en un alarde de redundancia.
—Con Hitler —contesta él subiendo la apuesta.
—Pero es que yo no hablo alemán.
—Pues vaya una mierda de médium.
—Oiga, sin faltar.
—Perdone, estaba pensando en voz alta. Yo es que creía que los muertos se comunicaban con usted en un idioma universal. La lengua de los muertos o algo así.
—Pues no. Cada uno habla la lengua que hablaba en vida.
—¿Y los sordomudos?
—¿Qué?
—Los muertos sordomudos, ¿en qué idioma hablan?
—A ver, se comunican conmigo con sus pensamientos, no es que escuche voces. ¡Ni que fuera una esquizofrénica!
—Claro, tiene sentido. Pero los pensamientos pueden ser imágenes, más que palabras.
—Sí.
—Pues eso, que quiero hablar con Hitler. Llámelo y que le dé imágenes.
—Como quiera.
Madame Retourner cierra los ojos e inspira profundamente. Está abierta la comunicación. Es como una telefonista que contacta con el número adecuado.
—Que se ponga ya Hitler —vuelve a interrumpir el hombre.
—Veo las paredes de un búnker —anuncia Madame Retourner.
—¿Está Eva Braun ahí?
—Sí. La veo. Está aquí, a la derecha, sentada en un sofá.
—Bien. ¿Qué lleva puesto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario