Ella lleva hablando un buen rato y de pronto él piensa: qué bonita voz tiene. Como si no hubiera sido consciente antes. Sí, ya lo sabía antes de este momento, pero no se había parado a pensarlo realmente y de repente es una revelación. Descubrir el amor, piensa. El amor, que te golpea de súbito con un gesto. La verdad, que se muestra de forma inesperada. Y tiene ganas de decirle: «me gustaría que no te callaras nunca», pero guarda silencio, ya que, pensándolo bien, parecería sarcasmo o pura locura.
2 comentarios:
Ya cambiará de idea, ya.
Que lo diga. Que se lo diga al oído, susurrándolo... Ni sarcasmo ni locura, bueno quizás locura sí. Lo que sentirá ella en su próximo beso.
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