Hay un vagabundo allí dándole de fumar a una cucaracha. Habla con ella y le dice que sigue vivo, pero con matices. Añade que cuando era pequeño creía que los matices eran unas pastas o algo parecido. «¿Quieres un té? Sí, pero con matices». Y la cucaracha no contesta a esto; se limita a fumar en silencio mientras mira a los ojos al vagabundo.
2 comentarios:
Buenísimo, enhorabuena.
Anda que como se extienda el vicio entre los blátidos no vamos a dar abasto con el CO2...
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