lunes, 10 de enero de 2011

La alegría de vivir

«Ya no encuentro la alegría de vivir», reza la pintada que ve el señor Benvenuti al coger el metro para llegar al trabajo. Esto, claro, le lleva a preguntarse dónde está la alegría de vivir. Quizá en el escote de esa señorita que, sentada frente a él, lee con avidez el último éxito de ventas literario. O quizá la alegría de vivir esté en la cuenta bancaria del escritor, piensa. Cómo saberlo. Luego se le ocurre que la alegría de vivir está en la memoria, pero enseguida tiene que admitir que no recuerda en qué momento concreto. Él tampoco encuentra ya la alegría de vivir, es evidente. Y maldice en silencio al autor de la pintada.

7 comentarios:

E * dijo...

Muchos nos hacemos la misma pregunta a veces...

Un beso o 2 !

Carol Bret dijo...

Ocurre que siempre nos cuesta más ver lo que más cerca tenemos.

Saludos.

José Antonio Fernández dijo...

Je, je. No hay como que alguien te lo diga para darte cuenta de ello.
Saludos.

Unknown dijo...

Las cuentas bancarias son un buen refugio para la felicidad, siempre y cuando la banquera personal sea amable y se preste a servicios de cliente especial. Los libros, también, pero no los best-seller. En cambio, los escotes, cuando más best-seller mejor y más felices.

Saludos,

VD

Faísca dijo...

En el escote hay dos sonrisas, en la cuenta bancaria, aderezos pasajeros, la memoria mantiene demasiada paja y en el metro hay demasiados con la misma pregunta.

Nadie dijo que esto fuera una respuesta.

bixitoluminoso dijo...

Cuanto más empeño se ponga en buscar algo abstracto, más lejos estara... (o eso supongo)

Anónimo dijo...

si se persigue la alegría de vivir hay que leer con cuidado, seleccionar mucho las lecturas

incluidas las pintadas