jueves, 2 de diciembre de 2010

Al margen

No se puede vivir al margen del mundo. Yo lo intento, pero siempre acaban embarcándome en alguna situación que habría sido mejor evitar. No importa: es material, pienso. Material para qué. Material del que no escribir, quizá. Recuerdo ahora a los hombres hechos y derechos que he visto arrastrarse por ti. Y yo esperando mi turno, cuando me consideraba mejor que todos ellos. Pero conozco la norma: sentir siempre el amor como una pena, nunca como una alegría.

4 comentarios:

Susana dijo...

vivir el amor sin alegría efectivamente es una pena, pero no creo que sea un opción sino más bien una condena.
Los hombres de hoy en día no se arrastran porque piensan que todas las mujeres del mundo no son más que putas a precio de mentiras al oído.
Son unos unos rancios vaya.

Microalgo dijo...

En fin, Dama Susana... lamento que ande yo en ese mismo saco.

¿Sabe? Cuando veo a un tipo en plan macho dominante que señala a una chica con los índices y amartilla los pulgares y le dice "Hey, beibi, llú an mí, dis nai", me averguenzo sinceramente de mi género.

Pero cuando paso al cabo de diez minutos y ese gañán le está metiendo a la chica la lengua por el esófago, entonces es cuando me arrepiento del de USted.

Así, desde un punto de vista etológico, los comportamientos que no reportan el efecto deseado terminan de desaparecer de una especie. Si un pollo no logra engatusar a la... hembra (por poco se me escapa el femenino) saltando a la pata coja, ese comportamiento no se fijará en la especie jamás.

Si los que tratan a las mujeres como meretrices JAMÁS mojaran, en un par de generaciones los humanos masuclinos abandonarían ese comportamiento.

Así que, perdóneme, pero la culpa de que haya tipos así de impresentables no es sólo de uno de los dos géneros.

Y no se arriesgue generalizando tanto, ande. Que hay tipos buenos y buenas tipas, entre la morralla.

Abrazotes.

Susana dijo...

Tiene usted la razón Mr Microalgo al decir que la culpa recae en ambos géneros e incluso diría más, asegurando que la culpa es más de las hormonas y que de las neuronas, porque sino no se entiende que este patrón se repita en el tiempo sin atisbos de evolución en la especie.

Haberlos Haylos, pero habrá que encontrarlos...

Golfo dijo...

Pues vaya norma... el amor como pena es eso, una pena, pesa como una pena, inspira como una pena, pero no escribes mucho porque estas apenado.
Un lastre, vaya... una bola negra y atada con una cadena.