sábado, 17 de julio de 2010

Un hombre ebrio

Las cuatro de la mañana, una brisa viene del mar. Se está muy bien en la calle. Una cucaracha de tamaño familiar cruza la carretera, como si viniera a pedirme fuego o a preguntarme la hora. Yo no me quedo a esperarla en la acera y sigo mi camino, que a estas horas no tengo muy claro cuál es.

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