domingo, 22 de febrero de 2009

Madres

—A mí madre le gusta mucho tu libro, aunque todavía no ha leído el último texto, no sé cómo se lo tomará.
—Bueno, puedes decirle que eres tú y ya está.
—No, si ya me preguntó quién era la chica de la dedicatoria.
—¿Y qué le dijiste?
—Pues lo que me contaste tú. Que si tenía diecinueve años, que si era brillante, guapísima, que si era una chica cinematográfica... Todo eso.
—¿Y qué le pareció?
—Me dijo: «da igual; él está enamorado de ti».
—Vaya, tu madre se llevaría bien con la mía. De hecho, seguro que se llevarían mejor que nosotros. Porque cada vez que le cuento algo de ti, que si vives con un cuarentón, que si has tenido un hijo con él, siempre me responde: «no importa; ella te quiere a ti».
—Podrían ser buenas amigas.
—Sí. Las dos creen que están en una comedia romántica de Hollywood.

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