martes, 20 de mayo de 2008

El deseo de ser alcohólico (homenaje)

Si uno pudiera ser un alcohólico, siempre borracho, acodado en la barra, a través de la embriaguez, constantemente sacudido sobre el taburete estremecido, hasta arrojar las tapas, porque no hacen falta tapas, hasta arrojar los vasos, porque no hacen falta vasos, y apenas viera ante sí que la noche era eterna, habrían desaparecido las copas y la barra del bar.

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