martes, 23 de octubre de 2007

A singer must die

Fueron las circunstancias, señoría, ellas fueron las culpables de todo. ¿Se puede condenar a un hombre por ser un juguete del Destino? ¿No es castigarlo doblemente? En todo caso, mi cliente merece una compensación por la vida que le ha tocado. Pido que sea premiado por su insistencia en seguir vivo.

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