De pronto han pasado siete años. Parece que fue ayer aquella mañana de septiembre, aquella mañana sin nada en particular. Tenías 20 años, estaba nublado, escribiste un par de mensajes de correo electrónico a unos amigos. Nada especial. Entonces no te imaginabas que tu vida siete años después sería la que es. A lo mejor por eso recuerdas tanto aquella mañana sin nada en particular.
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