Ayer comí pollo y hoy tengo fiebre. Qué muerte tan estúpida. Y yo que soñaba con morir defendiendo altos ideales en una convención de ninfómanas u oferta mejor...
Ahora que la fiebre me consume, me parece que todas las mujeres en el fondo me aman... No me miréis así, que más intangible es Dios y no os veo quemando el Vaticano.
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