domingo, 28 de agosto de 2005
Para cambiar
Vino Stan el viernes para que le diera unos apuntes, pero eso sólo nos ocupó cinco minutos y el resto del tiempo lo dedicamos a pontificar sobre la vida, el amor, el sexo, la locura, y otros temas igualmente interesantes. Al final acabamos hablando de cómo seremos dentro de 10 años, qué estaremos haciendo y qué habremos conseguido. En ese momento Stan dijo: "seguro que tú seguirás escribiéndole a Alba, aunque ella ya tendrá niños y todo". Nos reímos y yo repliqué con voz de tonto como si estuviera hablando con ella: "Alba, deja a tu marido por mí, por favor" (lo que, por cierto, me recordó un relato que escribí hace un montón de años). Luego nos imaginamos siendo cuarentones calvos y saltando en conciertos de rock sin sentido del ridículo alguno, malviviendo y, en definitiva, perdiendo el tiempo como siempre. Estuvo bien reírse del futuro antes de que él se ría de nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario