lunes, 28 de junio de 2004

The man in me

The man in me will do nearly any task,
And as for compensation, there's little he would ask.
Take a woman like you
To get through to the man in me.

Storm clouds are raging all around my door,
I think to myself I might not take it any more.
Take a woman like your kind
To find the man in me.

But, oh, what a wonderful feeling
Just to know that you are near,
Sets my a heart a-reeling
From my toes up to my ears.

The man in me will hide sometimes to keep from bein' seen,
But that's just because he doesn't want to turn into some machine.
Took a woman like you
To get through to the man in me.

Bob Dylan - The man in me


Lo mejor de esta canción son los "lalalalala". Bueno, como le prometí a la señorita Nuala, de culo sin par (al parecer), hoy debería hacer un glosario de mis virtudes. Algo así como "buen comensal y excelente conversador, el señor K disfrutaba haciendo suyas a las colegialas sobre el escritorio". Por ejemplo.

Me gusta la poesía, los atardeceres, las flores, ciertas salsas, meter mano a niñas inocentes... Mmm, esto no va bien. Hablemos en serio:

- Tengo cierto parecido con la imagen tradicional de Jesucristo, lo cual he utilizado en diversas ocasiones para intentar ligarme a alguna agradable mujer (y a alguna no tan agradable), pero las muy ateas no se dejaban camelar.

- Soy bastante ingenioso cuando los astros se alinean de la forma adecuada, lo cual desde hace más de un año no sucede con la frecuencia que me gustaría. Pero tengo mis momentos, como dicen las personas compasivas.

- Soy sensible y delicado cual nubecilla volandera. No es extraño verme llorando tiernamente mientras escribo un dulce poema a la luz de la luna.

- Soy sincero, honesto, y demás cualidades que me convierten en el hombre perfecto para ser timado a todos los niveles (otra vez los malditos niveles).

- Soy romántico y decimonónico hasta decir basta, lo que me permite pasarme alguna que otra noche en vela escribiendo bellas palabras para alguna admirable fémina que, muy posiblemente, considere baldíos mis esfuerzos por llevarla a la cama. Me consuela pensar que, tal vez, dentro de 200 años alguna adolescente lea mis poemas y piense "¡qué admirable hombre éste!".

- Por último, y para no hacerlo muy largo, el sarcasmo se me da bastante bien.

Nuala me va a matar por esto...

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