«Exprimiré cada instante de la vida, no dejaré pasar ninguna oportunidad», te dices cuando te enfrentas a la muerte de un ser querido. Y lo intentas, pero es mal momento: sólo estás preparado para sentir dolor y abatimiento, emociones que no te interesa exprimir. Con el tiempo, aceptas la pérdida. Y también olvidas tu intención de vivir al máximo cada segundo.
1 comentario:
Como cuando te encuentras algo sospechoso en el cuerpo. De repente espabilas, te pones en alerta, piensas en todo lo que estás haciendo mal y en todo lo que no deberías postergar más. Te pasas un tiempo así, y si descubres que estás sano, empiezas poco a poco a olvidarte de nuevo de la muerte y de exprimir la vida. Supongo que es imposible recordar constantemente la finitud de nuestra existencia.
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