Del nomadismo constante en el siglo XXI

La estancia comenzó con la imagen de unos hindúes, o quizá fueran paquistaníes, jugando al pádel junto al tanatorio a la caída de la tarde, una escena muy lynchiana (o así lo parecía cuando uno lo evocaba recorriendo los sinuosos pasillos de aquel edificio de apartamentos). Curiosamente, Lynch moriría sólo dos meses más tarde, como todo estuviera conectado. Luego estuve enfermo y Sonia temió quedarse viuda (extraño acontecimiento que una mujer lamente la posibilidad de perderme, sí que hemos llegado lejos), pero ya saben, amables lectores, lo que se dice de las malas hierbas y blablablá (además, estaría feo dejarles huérfanos a ustedes tres de mis acertadas palabras). Y este ensueño terminó de la forma como acaban estas cosas: al despertar, ya no las recuerda uno bien. Así, el profesor silencioso abandonó la ciudad con la discreción del que ya ha sido olvidado.

Epifanías

Ahora que las canas me plagan la barba, comprendo que mi presencia en vuestras vidas fue como un haiku adolescente: breve y de pésima calidad, aunque con buena intención.

De las entelequias

Las cosas son siempre mejores en la hipótesis. La realidad es poco estética y nos limita, el sueño es infinito, nuestra voz suena portentosa en la imaginación.

Interconexión

―Hay un hilo invisible que nos une a todos, ¿no te parece?

―Sí, el individualismo.

La distancia

Admiraba a lo lejos las luces de la ciudad como si formaran parte de un firmamento inalcanzable.

El orden

A todas horas, y por todos los medios posibles, te repiten que lo más conveniente para todos sería que aceptaras la sensatez fascista.

Del mundo amable

En la infancia, la gente te sonríe y saluda, te hace sentir importante. Piensas que el mundo es un lugar agradable donde todas las personas son amistosas. Nunca eres capaz de determinar el momento exacto en el que todo se estropea.

El paraíso perdido

Es duro cuando te retiran la adulación y recuerdas que no eres un genio, sino otro escritorzuelo más con ínfulas que malvive de su tenue esperanza.

Aprendizaje a destiempo

Esos momentos de claridad que te concede la vida cuando ya es demasiado tarde para solucionarlo.

El dilema

¿Y qué puedo hacer yo si la queja es la única redención a la que puedo aspirar?

Una vida antigua

Se ha quedado obsoleto el modelo, ¿no le parece? Y el problema es que no se puede renovar, sería necesario sustituirlo por uno completamente nuevo. Y ya le digo que en la actualidad no es posible adquirir una vida nueva, quizá en el futuro, quién sabe, la ciencia avanza todos los días.

Helado de pastiche

—Estar es importante, ¿sabes? Figurar, que digan tu nombre otras voces (distintas a las de tu cabeza), que te convoquen, que te recuerden. 

—Que te idealicen. 

—Bueno, tampoco hay que exagerar.

De la nada

Era 1998 cuando empecé a enviar escritos míos a oscuras revistas literarias en aquel internet primigenio. Más de veinticinco años de carrera y no sé si estoy mucho más cerca de lograrlo que al principio. ¿Qué escritores permanecían ocultos con mi edad? Esto es lo mejor que puedo hacer. Si no soy escritor, no soy nada, que es una frase lapidaria y pataleta infantil al mismo tiempo. La contradicción habitual de considerarte indigno de la diosa y, sin embargo, reclamarla para ti.

Del monólogo interior

Si no hablas con nadie más que contigo mismo, tiendes a sobrestimar tu importancia.

Comparaciones

Una cucaracha agita las antenas bajo la ducha de la piscina, como si quisiese cumplir las normas y ducharse antes de entrar en el agua (ojalá pudiera decirse lo mismo de otros inquilinos).

In illo tempore

Mis mejores años se hallan en un hipotético futuro con el que soñaba en el pasado.

Weltansicht

Hay quien cumple etapas de forma natural, como si todo estuviera pactado, como si se tratara del tránsito lógico y pautado de la vida y la literatura. Una evolución sostenida en el tiempo. Otros, por el contrario, estamos a merced de las tempestades o algo parecido.

Tiempo muerto

No es que buscáramos el fin de la historia, sino simplemente una pausa en medio del trajín constante. Un momento para tomar aire, por así decir, antes de volver a sumergirnos en pos de perlas inexistentes.

Parásitos del paraíso

Dejar pasar el tiempo, olvidar el temblor, perderse en los resquicios de la calma.

Un ideal

Un hombre dice que en el futuro los influencers serán también virtuales y que la juventud seguirá, por ejemplo, a atractivas mujeres creadas por inteligencia artificial. La falsedad de la perfección llevada al límite. En cualquier caso, tampoco se aleja demasiado de la creencia en la divinidad de turno.

La defensa irónica

Una parte importante de sobrevivir en la actualidad consiste en bromear sobre la propia supervivencia.

Las formas eróticas

Sí, usted ha estado siempre sometido a las formas eróticas, pero eso puede cambiar gracias a nosotros, que le ofrecemos la anulación del deseo. ¿Por qué competir, por qué anhelar? Cuando la total ataraxia está a su alcance por un módico precio mensual y unos cómodos ejercicios respiratorios.

La distopía diaria

¿De qué le servía vivir momentos hermosos si no tenía seguidores en sus redes sociales que pudieran envidiarlos?

La zanahoria

¿Cómo no perseguir la quimera? Es necesario buscarle un sentido a la vida y ese es tan válido como cualquier otro. Seguir con la mirada la trayectoria de lo inalcanzable para no pensar en lo cotidiano, que te va aplastando día a día.

El orden de las cosas

Creía que todos tenían un lugar en el mundo y sólo había que encontrarlo, aunque la forma de aplicar esto se le escapaba. ¿Y si consistía en apilarlo todo y que se salvara quien pudiera? O bien en que algunos quedaran almacenados en algún rincón oscuro y olvidado. Nadie dijo que el lugar correspondiera a una lógica justa y ordenada.

Paparruchas

Cualquier día acabaré creyendo en alguna cosa loca como que la Tierra es plana o que tengo lectores.

La ley del cine

—¿No merece lo nuestro una segunda parte?

—Perdona, pero es innecesaria una secuela, puesto que fue un fracaso tanto de crítica como de público.

—Te recuerdo que no hicimos el trío porque no quisiste tú.

Principio y final

Escribo para redimirme de los problemas que me crea la literatura.

La ola

«Ya habrá tiempo para uno más adelante», se dice la gente, «no voy a permitir que la vida me arrolle como el tsunami que realmente es».

El triunfo del bien

Ojalá ganara el bien, ¿verdad? Aunque antes tendríamos que determinar cuál es este y, claro, ya somos parte interesada.