lunes, 28 de febrero de 2005
Naufragando
Hace 5 años colaboré en un fanzine llamado Pequod, que como todo el mundo sabe es el nombre del barco del capitán Ahab en Moby Dick. Llegué tarde para participar en los dos primeros números, que me iban como anillo al dedo ya que los temas eran "desengaños" y "monstruos", pero sí lo hice en los dos siguientes, "juegos" y "milagros", y en el número que no llegó a editarse: "naufragios". Y aquí tenemos el colmo de la poca originalidad: un fanzine llamado Pequod se hunde en su número de "naufragios".
domingo, 27 de febrero de 2005
Entre viejos papeles
Dediqué casi todo el día de ayer a recopilar textos míos de toda clase: poemas, relatos, cartas, divagaciones, etc. Algunas cosas tenían 6 ó 7 años, y su lectura me deprimió bastante. Quizás parezca una tontería, pero me eché mucho de menos.
sábado, 26 de febrero de 2005
Feos
Me dijo mi ex novia el otro día que siempre he querido creer que soy feo. Lo sorprendente del asunto es que no me pidió dinero luego.
Lo cierto es que tampoco es tan terrible ser feo, al menos cuando ligas sabes que todo el mérito es tuyo. Aunque sobre este asunto podríamos discutir bastante, ya que últimamente estoy pensando que siempre me han ligado ellas...
Lo cierto es que tampoco es tan terrible ser feo, al menos cuando ligas sabes que todo el mérito es tuyo. Aunque sobre este asunto podríamos discutir bastante, ya que últimamente estoy pensando que siempre me han ligado ellas...
viernes, 25 de febrero de 2005
Sobre un poeta
Siendo muy joven aprendió el oficio de los versos, y aprendió así a cantar con la voz más dulce. Quizás le empujara seducirnos.
jueves, 24 de febrero de 2005
Ideología básica
En cuanto al derrumbamiento del viejo sistema, estoy dispuesto a dejarlo caer y, sin embargo, juro defenderlo. Personalmente, apenas puedo alejar mi mente de las arrugas de sus faldas. No sé, desearía que se diesen prisa y tomaran el poder. Dejad que lo consigan. Yo me rindo.
(Leonard Cohen)
Y es así como perdimos el mundo, reunidos en estúpidos comités de rimbombantes nombres. Sobre la Revolución, sobre la Reacción, por la Patria, contra la Patria, con Dios, sin Dios. Cuando por fin empezamos a ponernos de acuerdo ya no quedaba nada que decidir.
(Leonard Cohen)
Y es así como perdimos el mundo, reunidos en estúpidos comités de rimbombantes nombres. Sobre la Revolución, sobre la Reacción, por la Patria, contra la Patria, con Dios, sin Dios. Cuando por fin empezamos a ponernos de acuerdo ya no quedaba nada que decidir.
miércoles, 23 de febrero de 2005
Sintomatología básica
He descubierto que una de las palabras que más aparece en mi blog es "tiempo".
martes, 22 de febrero de 2005
Bienvenido, Mister Bush
(Publicado originalmente en El Otro Diario)
Ya está aquí, ya ha llegado y le han recibido en loor de multitudes, como sólo merece el nuevo Mesías de nuestra era. George Walker (Texas Ranger) Bush, presidente de los Estados Unidos de América por la Gracia de Dios y el Tribunal Supremo, aterrizó anoche en Bruselas, primera parada de su gira europea, gira que ha despertado una expectación que ni los U2. Si para conseguir una entrada para los conciertos de estos últimos ha habido tumultos no autorizados, tirones de pelo a mansalva, pérdida de nervios entre la muchachada, gritos y pataleos al prójimo, esperen a ver lo que nos tienen preparado estos días. Por suerte esta vez actuará sin teloneros, no como en aquel concierto en las Azores, sin duda un burdo remedo del de la isla de Wight, en el que Tony Blair y José María Aznar (ese hombre) interpretaron, respectivamente, “Yellow Tireless” y “España va bien”, para acabar tocando junto a George, en un gran fin de fiesta, “War is not over (we want it)”, con Tony a la guitarra y Josemari a las palmas.
¿Y para qué viene Bush a Europa?, se preguntarán ustedes. Bueno, tal vez no se lo pregunten, pero déjenme suponer que sí. ¿Viene acaso a visitar a su buen amigo Ánsar? No, la gira no pasa por Valladolid, a diferencia del Pisuerga, ni tampoco por el resto del territorio nacional (que cada vez es menos, por otra parte, según diversos nacionalismos periféricos florecientes). En esto se parece a otras giras de grandes estrellas internacionales que siempre olvidan pasarse por la piel de toro, aunque en este caso podríamos pensar que se trata de una bofetada sibilina, si es que una bofetada puede serlo, al pérfido Zapatero, que se llevó las tropas de Irak con nocturnidad y alevosía, teniéndose que enterar George de ello por las noticias de la Fox, lo cual nos lleva al otro Fox, el presidente de México, que tuvo que explicarle reiteradamente que él no tenía nada que ver con España, ya que Bush planeaba vengarse compasivamente. Esto es una dramatización de los hechos que tendrán que permitirme porque no tienen más remedio. En realidad no pasa por Inglaterra ni Italia, así que debemos descartar estas “conspiranoias”, y es que de hecho viene para dos encuentros con la Unión Europea y la OTAN.
En principio está previsto que se reúna, entre otros, con Schroeder, si es que lo he escrito bien, Chirac y Putin; con éste último evitará hablar del pucherazo que se dio en las elecciones ucranianas (antes de las definitivas y legítimas), pero no por empañar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, sino para que no se mencione a Florida. Presupongo. Es posible que también intercambien recetas de cocina, pero no apuesten por ello.
El repertorio de la gira estará compuesto enteramente por sus grandes éxitos: “el mundo es ahora un lugar más seguro”, “vamos a perseguir el terrorismo allá donde se esconda”, “Europa y Estados Unidos tienen que caminar juntos”, “el Protocolo de Kyoto es para cobardes” y etc. No está previsto que toque ningún tema nuevo.
Ya está aquí, ya ha llegado y le han recibido en loor de multitudes, como sólo merece el nuevo Mesías de nuestra era. George Walker (Texas Ranger) Bush, presidente de los Estados Unidos de América por la Gracia de Dios y el Tribunal Supremo, aterrizó anoche en Bruselas, primera parada de su gira europea, gira que ha despertado una expectación que ni los U2. Si para conseguir una entrada para los conciertos de estos últimos ha habido tumultos no autorizados, tirones de pelo a mansalva, pérdida de nervios entre la muchachada, gritos y pataleos al prójimo, esperen a ver lo que nos tienen preparado estos días. Por suerte esta vez actuará sin teloneros, no como en aquel concierto en las Azores, sin duda un burdo remedo del de la isla de Wight, en el que Tony Blair y José María Aznar (ese hombre) interpretaron, respectivamente, “Yellow Tireless” y “España va bien”, para acabar tocando junto a George, en un gran fin de fiesta, “War is not over (we want it)”, con Tony a la guitarra y Josemari a las palmas.
¿Y para qué viene Bush a Europa?, se preguntarán ustedes. Bueno, tal vez no se lo pregunten, pero déjenme suponer que sí. ¿Viene acaso a visitar a su buen amigo Ánsar? No, la gira no pasa por Valladolid, a diferencia del Pisuerga, ni tampoco por el resto del territorio nacional (que cada vez es menos, por otra parte, según diversos nacionalismos periféricos florecientes). En esto se parece a otras giras de grandes estrellas internacionales que siempre olvidan pasarse por la piel de toro, aunque en este caso podríamos pensar que se trata de una bofetada sibilina, si es que una bofetada puede serlo, al pérfido Zapatero, que se llevó las tropas de Irak con nocturnidad y alevosía, teniéndose que enterar George de ello por las noticias de la Fox, lo cual nos lleva al otro Fox, el presidente de México, que tuvo que explicarle reiteradamente que él no tenía nada que ver con España, ya que Bush planeaba vengarse compasivamente. Esto es una dramatización de los hechos que tendrán que permitirme porque no tienen más remedio. En realidad no pasa por Inglaterra ni Italia, así que debemos descartar estas “conspiranoias”, y es que de hecho viene para dos encuentros con la Unión Europea y la OTAN.
En principio está previsto que se reúna, entre otros, con Schroeder, si es que lo he escrito bien, Chirac y Putin; con éste último evitará hablar del pucherazo que se dio en las elecciones ucranianas (antes de las definitivas y legítimas), pero no por empañar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, sino para que no se mencione a Florida. Presupongo. Es posible que también intercambien recetas de cocina, pero no apuesten por ello.
El repertorio de la gira estará compuesto enteramente por sus grandes éxitos: “el mundo es ahora un lugar más seguro”, “vamos a perseguir el terrorismo allá donde se esconda”, “Europa y Estados Unidos tienen que caminar juntos”, “el Protocolo de Kyoto es para cobardes” y etc. No está previsto que toque ningún tema nuevo.
lunes, 21 de febrero de 2005
Formas de decir adiós
El álbum concluye con una desaparición notable: tras el último verso de "Tonight Will Be Fine", la canción termina con Cohen tarareando, luego silbando y, después, silencio. Es como si ya no pudieran encontrarse palabras para comunicar su desesperación.
("Leonard Cohen. A Life in Art", de Ira Nadel)
Me gustaría saber despedirme así.
("Leonard Cohen. A Life in Art", de Ira Nadel)
Me gustaría saber despedirme así.
domingo, 20 de febrero de 2005
Cuentos infantiles
Cuando el príncipe besó a Blancanieves cayó muerto debido a los restos de veneno que quedaban en sus labios.
sábado, 19 de febrero de 2005
Autorretrato
Ateo, pervertido, irreverente, iconoclasta, maleducado, malhablado, ideólogo del fracaso, nihilista, soñador, contradictorio, solitario, obseso sexual, espartano, excesivo, inoportuno, irónico, depresivo, olvidadizo, amante, etc.
Pero qué bien te sienta.
Pero qué bien te sienta.
viernes, 18 de febrero de 2005
Vota NI
Hoy me ha llegado la carta del Ministerio del Interior con las papeletas para votar en el referéndum, no vinculante, sobre la Constitución Europea que se celebra este domingo. Vienen tres papeletas: una con el "sí", otra con el "no" y finalmente una en blanco, para el voto del mismo color. Para que el voto sea nulo has de introducir en el sobre una estampita de la Virgen, una tapa de yogur, publicidad de tu empresa o cualquier cosa que no sea una de las papeletas reglamentarias. También puedes "decorar" una de las papeletas reglamentarias y convertirlo en un voto nulo. Yo, en un homenaje a los Monty Python y, creo, a un chiste de El Jueves, no votaré sí o no, sino que votaré "ni". Así que ya saben, cojan su papeleta para el voto en blanco, escriban "NI" en ella y adelante. Ni pa ti ni pa mí, como se suele decir.
jueves, 17 de febrero de 2005
miércoles, 16 de febrero de 2005
Principio de novela negra
Cuando aquella mañana Tom Harris fue acribillado a balazos frente al kiosco donde compraba el periódico supo que no iba a ser un día como los otros.
martes, 15 de febrero de 2005
Las tetas de silicona
(Publicado originalmente en El Otro Diario)
Hace unos días mi ex novia me escribió airada por unos comentarios que dejé en mi blog (del cual no haré publicidad aquí, y no por falta de ganas) en los que contaba que una amiga suya se había operado las tetas. Ella opinaba que estaba muy feo que gritara que el emperador está desnudo, comentario populista con el que intento ganarme su favor, queridos lectores. Ahora un poco más en serio, pero no demasiado, me costaba entender que estuviera bien desde un punto de vista moral que esa chica fuera por ahí afirmando que sus tetas son naturales, cuando un poco de empirismo lo desmentía, y que en cambio estuviera mal que uno dijera la verdad evidente para todos menos para los que se han criado a base de revistas guarras y películas porno (también es mi caso, pero hace un par de años aprendí a diferenciar entre realidad y ficción... más o menos).
El caso es que dediqué un buen número de horas a pensar en las tetas de su amiga. En un intento de comprender su punto de vista, no piensen mal. Finalmente me dije que tal vez no era un error querer vivir una fantasía. Pensé en Amélie, en tantas obras literarias. ¿Quién era yo para decirle a una mujer si sus pechos eran naturales o no? Es más, ¿qué es la realidad? ¿Qué son los pechos? Bueno, esta última me la sé. Al fin y al cabo, todos nos ponemos una máscara en algún momento de nuestra vida e interpretamos un papel que legítimamente no nos corresponde. ¿Pero acaso dejamos que la realidad se imponga a nuestros sueños? Hace poco un lector furioso me escribía para preguntarme dónde conseguí el título de periodista. Mi respuesta es que no lo tengo, pero salí durante dos años y pico con una estudiante de Comunicación Audiovisual y me pasaba bastante a menudo por su facultad. Sé que es un currículum muy pobre, pero no es de los peores de este diario (ahora tendremos algo de lo que hablar en la próxima comida de empresa).
En definitiva, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, a ser posible con buena puntería. Porque, ¿no dicen los políticos que trabajan por nosotros? ¿Y les matamos por mentirnos (y no es por dar ideas)? ¿Quién no ha exagerado alguna vez al contar a los amiguetes los ligues? ¿Qué mujer no ha fingido alguna vez un orgasmo? ¿A quién no se le han muerto ya por lo menos siete abuelas para poder faltar al trabajo?
Supongo que, en el fondo, todos tenemos tetas de silicona y no queremos que nadie lo sepa.
Hace unos días mi ex novia me escribió airada por unos comentarios que dejé en mi blog (del cual no haré publicidad aquí, y no por falta de ganas) en los que contaba que una amiga suya se había operado las tetas. Ella opinaba que estaba muy feo que gritara que el emperador está desnudo, comentario populista con el que intento ganarme su favor, queridos lectores. Ahora un poco más en serio, pero no demasiado, me costaba entender que estuviera bien desde un punto de vista moral que esa chica fuera por ahí afirmando que sus tetas son naturales, cuando un poco de empirismo lo desmentía, y que en cambio estuviera mal que uno dijera la verdad evidente para todos menos para los que se han criado a base de revistas guarras y películas porno (también es mi caso, pero hace un par de años aprendí a diferenciar entre realidad y ficción... más o menos).
El caso es que dediqué un buen número de horas a pensar en las tetas de su amiga. En un intento de comprender su punto de vista, no piensen mal. Finalmente me dije que tal vez no era un error querer vivir una fantasía. Pensé en Amélie, en tantas obras literarias. ¿Quién era yo para decirle a una mujer si sus pechos eran naturales o no? Es más, ¿qué es la realidad? ¿Qué son los pechos? Bueno, esta última me la sé. Al fin y al cabo, todos nos ponemos una máscara en algún momento de nuestra vida e interpretamos un papel que legítimamente no nos corresponde. ¿Pero acaso dejamos que la realidad se imponga a nuestros sueños? Hace poco un lector furioso me escribía para preguntarme dónde conseguí el título de periodista. Mi respuesta es que no lo tengo, pero salí durante dos años y pico con una estudiante de Comunicación Audiovisual y me pasaba bastante a menudo por su facultad. Sé que es un currículum muy pobre, pero no es de los peores de este diario (ahora tendremos algo de lo que hablar en la próxima comida de empresa).
En definitiva, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, a ser posible con buena puntería. Porque, ¿no dicen los políticos que trabajan por nosotros? ¿Y les matamos por mentirnos (y no es por dar ideas)? ¿Quién no ha exagerado alguna vez al contar a los amiguetes los ligues? ¿Qué mujer no ha fingido alguna vez un orgasmo? ¿A quién no se le han muerto ya por lo menos siete abuelas para poder faltar al trabajo?
Supongo que, en el fondo, todos tenemos tetas de silicona y no queremos que nadie lo sepa.
lunes, 14 de febrero de 2005
Y después de tanto tiempo
y después de tanto tiempo
esto es lo que hemos conseguido:
que todas las palabras suenen a despedida.
esto es lo que hemos conseguido:
que todas las palabras suenen a despedida.
domingo, 13 de febrero de 2005
Es bueno ser rey
Me llegó ayer una carta de Lara, lo que me llenó de alegría entre otras cosas porque había pasado mucho tiempo desde la última vez que me había escrito alguien, aunque hace un par de meses mi amiga Irune me mandó un paquete, paquete que mi madre no quería que abriese ya que eso de "Irune" le sonaba a vasco y "vete tú a saber si no será una bomba". Intenté tranquilizarla diciéndole que era una chica que había conocido por internet, pero entonces le dio por pensar que el paquete podía contener una cabeza humana, evidentemente fruto de un ritual satánico, porque ya dice la tele que en internet sólo hay psicópatas y ofertas equivalentes.
Volviendo a la carta de Lara, en ella hablaba de cosas que no puedo comentar aquí al encontrarnos en horario infantil y por tratarse de asuntos privados como llamarme "dios lúbrico", por ejemplo. Y sólo vendo secretos por dinero, que todavía hay clases.
Volviendo a la carta de Lara, en ella hablaba de cosas que no puedo comentar aquí al encontrarnos en horario infantil y por tratarse de asuntos privados como llamarme "dios lúbrico", por ejemplo. Y sólo vendo secretos por dinero, que todavía hay clases.
sábado, 12 de febrero de 2005
Arthur Miller
Ayer murió Arthur Miller, el gran dramaturgo que compartió lecho con Marilyn Monroe, cumpliendo así no el Sueño Americano, pero sí el Sueño Intelectual. Curiosamente ayer me desperté pensando en él, por lo que he estado sopesando si no me lo habré cargado yo. Ahora en serio, Arthur Miller ha sido un tema recurrente en mi vida: el intelectual que enamora al mito erótico y que de pronto se gana la envidia y antipatía de los demás (vale, ya las tenía previamente), que ya no pueden reírse del fracaso amoroso habitual del "empollón de clase". Y me vienen ciertas preguntas a la cabeza. ¿Es correcto desde un punto de vista moral que un intelectual se enamore de "la reina del baile"? ¿Es correcto desde un punto de vista moral que un jubilado se gaste su pensión en drogas y putas? Pensamientos adventicios.
Descanse en paz, señor Miller.
Descanse en paz, señor Miller.
viernes, 11 de febrero de 2005
Mierda
Hace un rato me han deseado "mucha mierda" para el examen de hoy. Me he visto obligado a aclarar que no voy a estrenar ninguna obra. Además, mierda voy a tener de sobra, de eso ya se encarga el profesor...
jueves, 10 de febrero de 2005
Ego
Era una persona tan egocéntrica que opinaba que, antes de buscar vida fuera de la Tierra, la NASA debía demostrar que existía vida fuera de él.
miércoles, 9 de febrero de 2005
Dios salve al Lehendakari (que no es un rastafari)
(Publicado originalmente en El Otro Diario)
Sí, lo confieso, me tragué las siete horas y pico del debate sobre el Plan Ibarretxe (por cierto, he olvidado el nombre de pila de este hombre, ya casi estoy convencido de que sus padres le pusieron “Plan”). Es más, lo seguí con interés y palomitas de maíz. Ya podían otros practicar sexo desenfrenado, que yo tenía mi debate sobre el Plan Ibarretxe.
Volviendo al Plan, que es el tema que supuestamente nos ocupa y no la cantidad de coitos semanales del prójimo (así de aburrida es esta columna), en el debate quedó claro que el bueno de Ibarretxe está muy desentrenado cuando tiene que hablar fuera del Parlamento Vasco. En cierto momento pareció que iba a entrar en trance berserker y comenzar a insultar a diestro y siniestro a los diputados por españolistas irrecuperables. Es lo que sucede cuando uno está acostumbrado a que le digan que sí a todo, como si viviera rodeado de amables concubinas (es una experiencia que desconozco, si algún lector la ha experimentado... ya saben, que nos la cuente).
Y digo yo, que para eso me pagan (bueno, es un pour parlé): no se entiende que haya gente quejándose por los precios de los pisos, el desempleo, la inseguridad ciudadana, y otras minucias, cuando algunos benefactores de la Humanidad, o de cierta parte de ésta, en un acto verdaderamente preclaro ponen sobre la mesa el tema de la auténtica esencia del ser humano: la vasquidad (y sus inconvenientes). Por no hablar de los circunloquios con los que nos extasiaron en el debate, claro homenaje a Cervantes, aprovechando el cuarto centenario que celebramos de su obra magna: el Quijote. Observen, si no me creen, este bello momento para el recuerdo: Zapatero: “Si vivimos juntos, juntos debemos decidir”; Ibarretxe: “Tenemos que poder decidir vivir juntos”. Bravo, prodigioso, y yo malgastando mi vida sin imaginar que se producían en el Parlamento estas discusiones sobre el sexo de los ángeles. Se salvaron porque ninguna cadena tuvo la valentía de contraprogramar con fútbol.
Por definición, la Patria (sacrosanta y la mejor siempre del mundo mundial) es como una madre castradora que anula a sus hijos y les chupa la sangre mientras exige una sonrisa leal, motivo por el que desde jovencito me ha resultado curioso que haya tanta gente que siempre tiene en el pensamiento, y en los ojos soñadores, la idea de Patria, ya sea para crear una y alcanzar por fin el lugar en el orden mundial que Dios tenía reservado para ella, o bien para defender una ya reconocida por las otras Patrias. Pero esto es la teoría, ya que confieso que cada vez que escribo “Patria” me levanto de la silla con la mano en el pecho. Porque, tenemos que admitirlo, ¿qué son mis problemas al lado de los de la Patria? ¿Y qué si no puedo llegar a final de mes si la Patria está amenazada por los enemigos que nos señalan los poderosos? La Patria en peligro y yo con estos pelos.
Quisiera terminar este artículo con aquel breve salmo postmoderno compuesto por los Derribos Arias, que creo que resume a la perfección todo el asunto:
Dios salve al Lendakari
Que no es un rastafari
Él es un txistulari
Nuestro Lendakari
No es un rastafari
es un txistulari
Sí, lo confieso, me tragué las siete horas y pico del debate sobre el Plan Ibarretxe (por cierto, he olvidado el nombre de pila de este hombre, ya casi estoy convencido de que sus padres le pusieron “Plan”). Es más, lo seguí con interés y palomitas de maíz. Ya podían otros practicar sexo desenfrenado, que yo tenía mi debate sobre el Plan Ibarretxe.
Volviendo al Plan, que es el tema que supuestamente nos ocupa y no la cantidad de coitos semanales del prójimo (así de aburrida es esta columna), en el debate quedó claro que el bueno de Ibarretxe está muy desentrenado cuando tiene que hablar fuera del Parlamento Vasco. En cierto momento pareció que iba a entrar en trance berserker y comenzar a insultar a diestro y siniestro a los diputados por españolistas irrecuperables. Es lo que sucede cuando uno está acostumbrado a que le digan que sí a todo, como si viviera rodeado de amables concubinas (es una experiencia que desconozco, si algún lector la ha experimentado... ya saben, que nos la cuente).
Y digo yo, que para eso me pagan (bueno, es un pour parlé): no se entiende que haya gente quejándose por los precios de los pisos, el desempleo, la inseguridad ciudadana, y otras minucias, cuando algunos benefactores de la Humanidad, o de cierta parte de ésta, en un acto verdaderamente preclaro ponen sobre la mesa el tema de la auténtica esencia del ser humano: la vasquidad (y sus inconvenientes). Por no hablar de los circunloquios con los que nos extasiaron en el debate, claro homenaje a Cervantes, aprovechando el cuarto centenario que celebramos de su obra magna: el Quijote. Observen, si no me creen, este bello momento para el recuerdo: Zapatero: “Si vivimos juntos, juntos debemos decidir”; Ibarretxe: “Tenemos que poder decidir vivir juntos”. Bravo, prodigioso, y yo malgastando mi vida sin imaginar que se producían en el Parlamento estas discusiones sobre el sexo de los ángeles. Se salvaron porque ninguna cadena tuvo la valentía de contraprogramar con fútbol.
Por definición, la Patria (sacrosanta y la mejor siempre del mundo mundial) es como una madre castradora que anula a sus hijos y les chupa la sangre mientras exige una sonrisa leal, motivo por el que desde jovencito me ha resultado curioso que haya tanta gente que siempre tiene en el pensamiento, y en los ojos soñadores, la idea de Patria, ya sea para crear una y alcanzar por fin el lugar en el orden mundial que Dios tenía reservado para ella, o bien para defender una ya reconocida por las otras Patrias. Pero esto es la teoría, ya que confieso que cada vez que escribo “Patria” me levanto de la silla con la mano en el pecho. Porque, tenemos que admitirlo, ¿qué son mis problemas al lado de los de la Patria? ¿Y qué si no puedo llegar a final de mes si la Patria está amenazada por los enemigos que nos señalan los poderosos? La Patria en peligro y yo con estos pelos.
Quisiera terminar este artículo con aquel breve salmo postmoderno compuesto por los Derribos Arias, que creo que resume a la perfección todo el asunto:
Dios salve al Lendakari
Que no es un rastafari
Él es un txistulari
Nuestro Lendakari
No es un rastafari
es un txistulari
martes, 8 de febrero de 2005
Superando traumas
Si montara una revolución, fusilaría primero a los profesores de gimnasia.
Nota: el autor desaprueba el fusilamiento como forma de solucionar disputas.
Nota: el autor desaprueba el fusilamiento como forma de solucionar disputas.
lunes, 7 de febrero de 2005
El amor en fuga
Hace poco estaba hablando con una simpática y agradable fémina acerca de mi afición por las mujeres, por lo que en cierto momento de la conversación comenté que, como Antoine Doinel (toma coña pedante), prefería las chicas de buena familia. Con eso, dije, me refería a las chicas finas, delicadas, femeninas y bienhabladas. Ella entonces me llamó machista. Yo no había dicho que las mujeres debían estar en casa cuidando a los hijos o que no deberían tener derecho a votar, simplemente había admitido que me gustaban más las mujeres que dicen "no me da la gana" que las que dicen "no me sale de los cojones". Pero aun así era un machista.
Por cierto, no me gusta que a los toros te pongas la minifalda.
Por cierto, no me gusta que a los toros te pongas la minifalda.
domingo, 6 de febrero de 2005
sábado, 5 de febrero de 2005
Madurez
Sabes que ya eres adulto cuando te enteras de que una vieja amiga del colegio se ha puesto silicona en las tetas.
viernes, 4 de febrero de 2005
Viajes
Sueño
Sí, estoy volando
y disparan a matar
Se mueren de envidia
por tener mis alas.
(Armando Unsaín)
Si fuera rico, que no lo soy, me pasaría la vida viajando. Me encantaría conocer miles de sitios, empezando por las grandes capitales europeas, como Londres, París o Berlín (donde me quedaría a vivir por un tiempo), y también visitar algunos lugares por motivos mítico-sentimentales: como la isla de Hidra, en Grecia, donde Leonard Cohen conoció a Marianne. O Praga, Montreal, Boston, etc.
Menos mal que soñar es gratis y los libros de viajes tienen un precio asequible.
Sí, estoy volando
y disparan a matar
Se mueren de envidia
por tener mis alas.
(Armando Unsaín)
Si fuera rico, que no lo soy, me pasaría la vida viajando. Me encantaría conocer miles de sitios, empezando por las grandes capitales europeas, como Londres, París o Berlín (donde me quedaría a vivir por un tiempo), y también visitar algunos lugares por motivos mítico-sentimentales: como la isla de Hidra, en Grecia, donde Leonard Cohen conoció a Marianne. O Praga, Montreal, Boston, etc.
Menos mal que soñar es gratis y los libros de viajes tienen un precio asequible.
jueves, 3 de febrero de 2005
El cine español y la espada de Damocles
(Publicado originalmente en El Otro Diario)
Ya está, ya terminó, finalmente la gala de los Goya repartió ilusión entre todos los componentes del cine español que participaron en Mar Adentro. La gran triunfadora de la noche se llevó todos los premios a los que optaba, menos uno que fue vilmente usurpado por una película que este cronista no recuerda ni quiere recordar. Y ni falta que hace. Tal avalancha de premios es lógica si nos atenemos a la evidente calidad del film y, no menos importante, a las manifestaciones de la Academia en pos de espectadores, dinero y subvenciones (que es dinero para contrarrestar la escasa afluencia de espectadores, perdonen la redundancia). Por lo cual, era coherente premiar a la película española más taquillera del año. Porque hace tiempo que nos quedamos con el cine como industria. ¿O habíamos elegido el cine como arte? ¿El cine como mero sucedáneo de emociones? ¿El cine indescriptible? Si algún lector lo sabe, que nos escriba, que llevamos meses sin actualizar la sección de “cartas al director”. Propuestas de matrimonio de jóvenes herederas o supermodelos de lencería serán bien recibidas.
La gala nos dejó algo claro: la culpa de la crisis del cine español es de cualquiera menos de los propios cineastas. La culpa es del público, que se deja influir por las masivas campañas de marketing de las todopoderosas productoras yanquis. Todo el mundo sabe que el público español no tiene criterio, compra masivamente lo que le dicen e inclusive es profundamente subnormal, yo mismo lo pienso cuando disfruto en la sala de cine con la compañía de jóvenes que se equivocan de película y durante la proyección alaban a voz en grito las cualidades pectorales de la actriz principal (cosa que todo caballero sabe que hay que hacer mentalmente), pero no creo que la mejor manera de atraer espectadores a las salas sea insultándoles. Yo soy el primero en disfrutar de las bondades del masoquismo, pero, créanme, no es una opción mayoritaria.
La culpa, también, es de la piratería, que es mala y posiblemente masona. No sé ustedes, pero yo no poseo absolutamente ninguna película española pirateada. Adquirida legalmente tampoco, pero ése es otro tema. Tampoco se me ha acercado nunca nadie que, susurrando nerviosamente y mirando a derecha e izquierda, me ofreciera las últimas novedades del cine patrio en dvd para evitarme la engorrosa tarea de acercarme al cine, adquirir una entrada a un precio prohibitivo y sentarme junto a mis congéneres durante hora y media (algunos congéneres no se duchan, aunque esté mal decirlo). Eso sí, conozco a mucha gente que tiene todas las novedades del cine yanqui incluso antes de que se estrenen en nuestro país, así que a lo mejor deberíamos repetir todos juntos: la piratería es buena, la piratería es nuestra amiga.
No se equivoquen, no tengo nada en contra del cine español, fuera de bromas. Sólo opino que apelar a razones sentimentales de corte patriota, como “es nuestro cine”, para que el público corra entusiasmado a las salas es perder la batalla de antemano. Igualmente es perder el tiempo llorar y acusar a otros de los males propios. Los problemas del cine español son los de siempre: falta de medios y falta de talento. Lo primero no es preocupante, lo segundo sí. En su momento, Truffaut y Wenders rodaron, respectivamente, “El amor en fuga” y “El cielo sobre Berlín” porque necesitaban financiación para otros proyectos. Sin excusas. Porque el cine es arte, sí, pero también industria y mientras no entendamos esto no vamos a ninguna parte. Empeñarse en intentar convencer al espectador de que acepte la oferta que se le hace pero no molestarse nunca en mejorar dicha oferta es simplemente una locura. Los verdaderos enemigos del cine español, aparte de él mismo, son el sistema de venta por paquetes de las compañías estadounidenses y el elevado precio de las entradas. Contra eso ha de luchar nuestro cine, no contra el público. Mientras tanto, seguimos en el viaje a ninguna parte.
Ya está, ya terminó, finalmente la gala de los Goya repartió ilusión entre todos los componentes del cine español que participaron en Mar Adentro. La gran triunfadora de la noche se llevó todos los premios a los que optaba, menos uno que fue vilmente usurpado por una película que este cronista no recuerda ni quiere recordar. Y ni falta que hace. Tal avalancha de premios es lógica si nos atenemos a la evidente calidad del film y, no menos importante, a las manifestaciones de la Academia en pos de espectadores, dinero y subvenciones (que es dinero para contrarrestar la escasa afluencia de espectadores, perdonen la redundancia). Por lo cual, era coherente premiar a la película española más taquillera del año. Porque hace tiempo que nos quedamos con el cine como industria. ¿O habíamos elegido el cine como arte? ¿El cine como mero sucedáneo de emociones? ¿El cine indescriptible? Si algún lector lo sabe, que nos escriba, que llevamos meses sin actualizar la sección de “cartas al director”. Propuestas de matrimonio de jóvenes herederas o supermodelos de lencería serán bien recibidas.
La gala nos dejó algo claro: la culpa de la crisis del cine español es de cualquiera menos de los propios cineastas. La culpa es del público, que se deja influir por las masivas campañas de marketing de las todopoderosas productoras yanquis. Todo el mundo sabe que el público español no tiene criterio, compra masivamente lo que le dicen e inclusive es profundamente subnormal, yo mismo lo pienso cuando disfruto en la sala de cine con la compañía de jóvenes que se equivocan de película y durante la proyección alaban a voz en grito las cualidades pectorales de la actriz principal (cosa que todo caballero sabe que hay que hacer mentalmente), pero no creo que la mejor manera de atraer espectadores a las salas sea insultándoles. Yo soy el primero en disfrutar de las bondades del masoquismo, pero, créanme, no es una opción mayoritaria.
La culpa, también, es de la piratería, que es mala y posiblemente masona. No sé ustedes, pero yo no poseo absolutamente ninguna película española pirateada. Adquirida legalmente tampoco, pero ése es otro tema. Tampoco se me ha acercado nunca nadie que, susurrando nerviosamente y mirando a derecha e izquierda, me ofreciera las últimas novedades del cine patrio en dvd para evitarme la engorrosa tarea de acercarme al cine, adquirir una entrada a un precio prohibitivo y sentarme junto a mis congéneres durante hora y media (algunos congéneres no se duchan, aunque esté mal decirlo). Eso sí, conozco a mucha gente que tiene todas las novedades del cine yanqui incluso antes de que se estrenen en nuestro país, así que a lo mejor deberíamos repetir todos juntos: la piratería es buena, la piratería es nuestra amiga.
No se equivoquen, no tengo nada en contra del cine español, fuera de bromas. Sólo opino que apelar a razones sentimentales de corte patriota, como “es nuestro cine”, para que el público corra entusiasmado a las salas es perder la batalla de antemano. Igualmente es perder el tiempo llorar y acusar a otros de los males propios. Los problemas del cine español son los de siempre: falta de medios y falta de talento. Lo primero no es preocupante, lo segundo sí. En su momento, Truffaut y Wenders rodaron, respectivamente, “El amor en fuga” y “El cielo sobre Berlín” porque necesitaban financiación para otros proyectos. Sin excusas. Porque el cine es arte, sí, pero también industria y mientras no entendamos esto no vamos a ninguna parte. Empeñarse en intentar convencer al espectador de que acepte la oferta que se le hace pero no molestarse nunca en mejorar dicha oferta es simplemente una locura. Los verdaderos enemigos del cine español, aparte de él mismo, son el sistema de venta por paquetes de las compañías estadounidenses y el elevado precio de las entradas. Contra eso ha de luchar nuestro cine, no contra el público. Mientras tanto, seguimos en el viaje a ninguna parte.
miércoles, 2 de febrero de 2005
martes, 1 de febrero de 2005
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