Uno quisiera despedirse con elegancia, a la manera de Leonard Cohen en You want it darker, pero es muy difícil. Se necesita un raro talento; lo normal es que te despidas con torpeza, improvisando incoherencias o bien atropellándote con el discurso que con tanto esmero habías preparado un rato antes.
1 comentario:
Sí, es cierto. Las despedidas suelen ser difíciles, la mayoría hemos pasado por ese mal trago alguna vez.
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