—Buenos días, ¿podría darme veinte euros?
—¿Por qué motivo?
—Es una cantidad razonable.
—¿Ya está? ¿Tengo que darle veinte euros porque es una cantidad razonable? ¿Le parece eso suficiente?
—No pido demasiado.
—Depende. Veinte euros a cambio de nada me parece un dispendio exagerado.
—Tendrá mi gratitud eterna.
—No digo que no, pero me gustaría saber en qué establecimientos podría canjear esa gratitud.
2 comentarios:
Supongo que en las afiliadas jaja
Le faltan argumentos al que pide los euros.
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