miércoles, 11 de enero de 2017

Historietas de bar

En el cuarto de baño de un bar con la sana intención de orinar. Nada más cerrar, golpean en la puerta. La voz de un borracho: me meo. No es sabio meterle prisa a alguien cuando mea, pero no creo que el borracho se dé cuenta de esto. Insiste: me meo. Orino con furia, que quizá sea malo para la vejiga y salgo. El borracho sonríe como un bobalicón y le recrimino su comportamiento. Él, como única defensa, vuelve a repetir que se mea. Pues ve al urólogo, joder, le respondo, aunque seguro que desoye mi consejo.

2 comentarios:

Toy folloso dijo...

Pues lo que es a mi, si me meten prisa, aún me explayo el doble leyendo esas máximas -dechado de filosofía-, que la gente grava en la pared, navaja en mano.

Microalgo dijo...

Hum. Aquí hay una ambigüedad. ¿Se explaya Usted leyendo navaja en mano, o la gente grava navaja en mano?

Lo digo porque si tarda mucho lo mismo no le viene mal tampoco hallarse en el primer supuesto...