jueves, 20 de agosto de 2015

Feria

Nos refugiamos en casa de las hordas etílicas que toman la ciudad durante la feria. Vivimos aislados y tranquilos, como si no sucediera nada. Sólo salgo algunas veces, por la mañana, para hacer la compra. Siempre muy temprano, cuando los borrachos aún duermen, y es como si en la ciudad sólo quedáramos unos pocos supervivientes. Es una sensación preciosa.

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Mi mujer (de Oviedo) no ha ido nunca a una feria. Y yo le he dicho que, en lo que a mí respecta, podría mantener ese estatus indefinidamente. Más ahora, que tenemos miniprogenie.

Toy folloso dijo...

Siempre muy temprano, ¿qué coño van a dormir los borrachos aún?.