viernes, 22 de junio de 2012

El martirio

Un hombre se arrodilla en un rincón del bar, extiende los brazos en cruz y comienza a rezar. Los clientes murmuran ante este espectáculo inusual y algunos se levantan, pagan apresuradamente la cuenta y salen del local. Una camarera se acerca al hombre y le pide que desista de su actitud, ante lo que responde éste: No lo entiende, señorita. Este bar es suelo sagrado. Pues aquí la conocí, ¿sabe? Aquí me enamoré de Ella y fue como si la vida comenzara por fin. Y puede que el amor muriera tiempo después, pero el amor me salvará. Yo sigo creyendo en él. Mi amor es una fe, una fe fuerte y atronadora. Es verdad que Ella se marchó, pero volverá. Volverá a renovar su Alianza conmigo. Si me mantengo firme. Si me mantengo puro. Si me mantengo fiel.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Amor convertido en devoción y casi afanosa religión. Asusta.

etcétera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
etcétera dijo...

Porque Gabriel Noguera existe a ratos:

http://youtu.be/jN20Zwe-yw4

Paz Zeltia dijo...

algunas de las actitudes que se mantienen después del divorcio o separación se asemejan bastante a tu relato...

Microalgo dijo...

... si me mantengo medio lelo.