jueves, 12 de agosto de 2010

Contigo

Todo contigo parece embebido de cierta irrealidad, como si uno estuviera fabulando en un sueño intranquilo o en ese estado de duermevela propio de un proceso febril. Recuerdo noches extrañas que fueron ciertas y días calurosos bajo este sol africano. Recuerdo tu piel helada en agosto por culpa de dormirnos con el aire acondicionado puesto. Recuerdo tu vestido de verano, como un faro en la noche. Recuerdo una discusión sobre cine frente a un mar de una negrura insondable. Recuerdo ensoñaciones contigo, delirios contigo. En resumidas cuentas, amor, que la vida contigo es como visitar un fumadero de opio.

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