Es de noche. Verano. Estoy sentado en la terraza contemplando las luces de la ciudad, fumando un cigarrillo imaginario, pues no fumo, pero nos han enseñado que fumar es algo cinematográfico o literario, y a mí me habría gustado llevar una vida literaria, una sin atascos a las tres de la tarde, una en la que las chicas sólo tienen ropa interior excitante (como E), una en la que, en fin, todas las noches son decisivas. Yo esta noche la dedico a fumar cigarrillos imaginarios, como si fuera idiota, que quizás lo sea, y a pensar en literatura y mujeres, como dice M que siempre hago. "Literatura y mujeres, no escribes de otra cosa", me dice. Por seguir con la tradición pienso en un poema de Leonard Cohen que empezaba así: "Me gustaría leer / uno de los poemas / que me arrastraron a la poesía. / No recuerdo ni una sola línea, / ni siquiera sé dónde buscar". Yo tampoco puedo recordar ninguno mío, me digo, pero enseguida tengo que reconocer que es mentira, que recuerdo uno que le escribí a A. Era: "Soy muy injusto contigo. / Siempre te doy / más de lo que mereces". Como poema no era gran cosa, pero como declaración de intenciones estaba bastante bien.
Pienso luego en E y se me ocurre que estoy enamorado de ella, aunque no me guste admitirlo. Y que lo supe incluso antes de despedirme de ella en el andén de la estación. A pesar de todas mis precauciones. Quizás sí tengo algo de kamikaze, pero tal vez no sea tan grave enamorarse. O tal vez sí. En cualquier caso, la vida sería muy aburrida sin todo esto. Además, lo verdaderamente raro, incluso absurdo, sería no estar enamorado de ella, aunque nunca le diré algo así. Tengo ganas de escuchar tu voz, me escribió la última vez, pero me temo que las probabilidades de volver a verla son nulas. Quizás no se puede luchar contra el orden del mundo, tal vez lo único que uno puede hacer es sentarse en la terraza como un idiota y divagar (sí, también como un idiota). Y yo de idiota tengo bastante, al igual que de kamikaze. Pero la vida está para vivirla y otras frases estúpidas como "hay que vivir como se escribe". O quizás era al revés, quizás hay que escribir como se vive. No sé, ahora no me acuerdo, son ya las cinco y media de la mañana.
A estas horas no hay tráfico, pero de vez en cuando aparece en la carretera un coche solitario y me pregunto si su ocupante tendrá pensamientos como los míos. Seguramente no, aunque me gusta pensar que es un insomne que conduce en busca del sueño, como si el sueño fuera una prostituta junto a una farola o algo así. Qué tonterías pienso, yo tendría que estar pensando ahora en algo serio. En unidades didácticas, por ejemplo. En Descartes, Hegel, Kant. Tendría que llamar a E y decirle: mira, ya sé que eres una mocosa, pero estoy enamorado de ti, ¿por qué no haces algo realmente original y te fugas conmigo?
Se está bien aquí, con este silencio, disfrutando de una brisa agradable que viene del mar. Dentro de un rato me iré a la cama, aunque sé que no podré dormir. "¿Sabes?", murmuro como si no estuviera solo, "creo que, aparte de follando contigo, verte dormir es la mejor manera de pasar el insomnio".
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