miércoles, 7 de mayo de 2008
Las razones del loco
Yo quería ser imprescindible, pero nunca supe cómo hacerlo. Pensaba que bastaba con remover algo de literatura, dedicarme en cuerpo y alma a escribir a las chicas de turno. Siempre querían algo más, claro, querían que yo no las necesitara en absoluto para entonces necesitarme ellas, en esa extraña lógica femenina. Pero lo cierto es que yo en realidad no he necesitado a casi nadie. A Alba sí, demasiado, quizás porque era la chica más guapa de Málaga y yo, con mis delirios de grandeza, tenía que estar con la más guapa que pudiera encontrar. El caso es que ella buscaba a alguien que le diera mala vida, no a un poeta trasnochado que le escribiera cuentos y poemas. De todos modos, yo de Pessoa sólo tengo su apellido materno. Lo mío es narrar derrotas que nadie leerá a pesar del afán de victoria que me consume por las noches.
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