Querida Laura:
Cuando te echo de menos, escucho a Leonard Cohen. Eso significa, claro está, que escucho a Leonard Cohen a todas horas, pues me paso el día echándote de menos. Su música me recuerda aquel invierno en el que te enamoraste de mí, cuando ambos éramos jóvenes y planeábamos estar siempre juntos. Me recuerda también, por supuesto, la dolorosa ruptura de dos años después. Creo que la canción que lo resume todo es “Iodine”, aunque es evidente que el señor Cohen no la escribió pensando en nosotros. Tú también me decías que no me preocupara, cuando te llamaba enloquecido por el dolor en mitad de la noche, como si intentaras convencerme de que todo iba a arreglarse de algún modo. Sé que en tu vida efectivamente se ha arreglado todo y que no necesitas recordarme de ninguna manera ni escuchar a Leonard Cohen para ello. Yo, por el contrario, me quedé anclado en un nosotros que ya no existe y en unos recuerdos que nunca desaparecen. Bueno, siempre sospechamos que sería así.
En resumidas cuentas, te escribo para decirte que Leonard Cohen me ha jodido la vida.
Un beso.
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