lunes, 6 de agosto de 2007
Came so far for beauty
El señor Garrett, poeta escocés, cogió un tren para reunirse con su amor, que vivía muy lejos de él y que, incluso, desconocía su existencia, lo cual no le molestaba demasiado porque él también tenía dudas razonables al respecto. Cuando por fin llegó a su destino y volvió a verla, descubrió que se había convertido en una anciana de noventa años que en nada se parecía a aquella ninfa rubia y de ojos azules que había poblado sus sueños de los últimos años. Esto era debido, principalmente, a que aquella chica sólo había existido en su imaginación, pues siempre se había tratado de una anciana (si bien tenía setenta años cuando la vio por primera vez dos décadas antes). Qué lamentable confusión, pensó mientras salía del asilo.
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