VIOLETA está sentada a la sombra de un roble. Entra ARTURO.
ARTURO: ¡Hola!
VIOLETA: Perdón, ¿nos conocemos?
ARTURO: Todavía no, pero vamos a enamorarnos.
VIOLETA: ¿Y eso por qué?
ARTURO: Es lo que espera el público, naturalmente, que para algo ha pagado la entrada.
VIOLETA: ¿Acaso soy una mercancía que se puede comprar y vender? ¿Qué pasa con lo que espero yo?
ARTURO: Eso lo decide el autor.
VIOLETA: ¿En qué clase de régimen autoritario vivimos? Ustedes son también cómplices de esto, que están ahí sentados sin hacer nada. ¿No les da vergüenza? La pasividad sólo nos conduce al recorte de libertades.
El público se revuelve en sus asientos. Un espectador se arma de valor y grita: ¡Abajo la tiranía! Después improvisa un cóctel molotov con un frasco de colonia que había comprado en una tienda junto al teatro y lo arroja contra ARTURO, que muere carbonizado. JULIETA ríe.
1 comentario:
Odio el teatro moderno.
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