Publicado en el número 41 de Obituario.
domingo, 14 de agosto de 2016
El viejo beatnik
Qué mejor manera de gastar el dinero de los contribuyentes americanos que usando su pensión para comprar heroína, piensa un octogenario William Burroughs. ¿Acaso no se ha ganado un merecido descanso? ¿No se alistó en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial para combatir contra los enemigos de su país? Vale, lo licenciaron por inestabilidad mental, pero tampoco se le puede culpar a él de ello, que puso todo de su parte para ser un héroe. Tiene todo el derecho del mundo a chutarse. De acuerdo, puede que la heroína sea mala para la salud, pero con ochenta años es un poco idiota preocuparse por el futuro. Ni siquiera tiene que ahorrar para legar algo a sus herederos, que aquel extraño que era su hijo murió hace años. No, en ningún momento le parece que esté haciendo algo incorrecto. Es más, ¿qué pretenden que haga uno en Kansas, aparte de drogarse?
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1 comentario:
Nada de nada. Costillas a la barbacoa, tal vez, pero viene a ser lo mismo que la heroína.
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