Sí, en efecto, el hombre de pelo gris vino con intenciones hostiles, pero nos deshicimos de él. Fue Pedro quien consiguió despedirlo y de un modo ingenioso. Le dijo muy serio: tu rostro es como el de un moribundo, vete y no regreses, hijo del demonio. Esto despertó un terror enorme en el hombre del pelo gris, que, entre torpes murmullos, sólo pudo irse con prontitud.
3 comentarios:
"Pepe, ven" mola más, lo siento.
¡Sin duda!
Sin la "a". Una vez escribí uno sin la "e", en homenaje a Poncela, y me costó un huevo de pato.
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