Es la falta de costumbre, nunca se me dio bien esto. Yo me guardaba lo que sentía y, si acaso, lo escribía en secreto. Como un espía cuyo lema fuera: no para sus ojos. Por eso, qué sé yo de revelar los secretos del corazón, cuando toda mi vida he estado trabajando para ocultar su actividad.
1 comentario:
Uh. Nunca.
El corazón de un humano es más turbio que el Ganges, y debe quedar oculto.
(Nota mental: hacer un juego de palabras con "más turbio" y... nah, borrar la nota mental).
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