sábado, 20 de noviembre de 2010

Salvoconductos

Un paso fronterizo para entrar en el recuerdo. Un soldado. Un turista.
SOLDADO: Alto, ¿se puede saber adónde va?
TURISTA: Quería visitar el país.
SOLDADO: ¿Tiene salvoconducto?
TURISTA: ¿Vale uno falso?
SOLDADO: Si es bueno, sí.
TURISTA: Échele un vistazo, me ha costado bastante.
SOLDADO: Es de buena calidad, lo ha hecho un experto falsificador, sin duda.
TURISTA: Ya le digo, me ha costado tres meses de sueldo.
SOLDADO: Pues le vale para estar tres días en el recuerdo.
TURISTA: No es mucho.
SOLDADO: ¿Viene por negocios o por placer?
TURISTA: Por placer. Para encontrarme con una mujer que he olvidado.
SOLDADO: ¿Es guapa?
TURISTA: No me acuerdo, pero espero que sí, para que valga la pena el esfuerzo.
SOLDADO: Bueno, siempre puede aprovechar para ver a los amigos de la infancia.
TURISTA: Eran todos unos cabrones. Mi infancia fue un infierno.
SOLDADO: Todos decimos lo mismo, pero no es verdad. Se era tan feliz de niño. Todo era un juego. No como ahora, que me paso el día en la garita, vigilando que no entre nadie ilegalmente para recordar.
TURISTA: ¿Vienen muchos?
SOLDADO: Demasiados. Y con las excusas más estúpidas. «Déjeme pasar un rato, que me he dejado algo en el recuerdo». Claro, claro. «Sólo voy a pasar a saludar, enseguida vuelvo». ¿Es que acaso tengo cara de tonto?
TURISTA: Claro que no, tiene usted una mirada despierta.
SOLDADO: No me haga la pelota, que ya le he dicho que puede pasar.
TURISTA: Ah, perdone. La costumbre.
SOLDADO: Tres días, ni uno más. No vaya a decir luego que se le olvidó, que la policía secreta no tiene sentido del humor.

2 comentarios:

Lázarus dijo...

Espero que el segurata vaya armado, seguro que los que padecen alzheimer intentaran saltar la verja.

Microalgo dijo...

Tres días y ya son muchos. Como se quede colgado allí (y sin papeles) le va a costar volver, y eso no está bien.