Lo cierto es que ya no quiero conocer a nadie. No quiero volver a contar la misma anécdota. No. Ya la he contado muchas veces. Ya no la voy a contar mejor que aquella vez. O quizá sí, pero me aburre. Ya conozco muy bien mi vida, estoy harto de escucharla. Es agotador demostrar por enésima vez que soy un tipo genial. Háblame de ti. O mejor follemos directamente y conozcámonos luego, que ya habrá tiempo para que nos aburramos el uno del otro.
3 comentarios:
Cuánta razón tiene usted, que cansino se hace todo, incluso lo ajeno. Yo también follaría directamente si realmente nos fueramos a conocer. Pero como eso nunca ocurre, volvamos al silencio y al celibato, del qué no debimos salir nunca...
¿Al celibato?
No, por Manitú. Mis genes me lo impiden.
Es que son unos salidos, mis genes. Con eso de la excusa de la reproducción...
Una vez más, tienes razón, a mi cada día se me hace más aburrido escucharme hablar de mi misma, por lo menos mis gemidos son distintos de una vez a otra :)
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