jueves, 7 de enero de 2010

La cucaracha

Me encontré una cucaracha en el teclado del ordenador. Qué hacer, pensé. Podría coger la zapatilla y aplastarla con ella, pero de esa forma las teclas también corrían peligro. Otra idea sería coger el spray anticucarachas y gasearla convenientemente, pero de ese modo el veneno quedaría en las teclas y se me adheriría luego a los dedos cuando escribiera. Bastaría que me llevara un dedo a la boca para envenenarme a mí mismo.
Al final, me pareció que lo mejor era esperar a que la cucaracha terminara de escribir lo que estuviera escribiendo.

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