Ella descubre su enésima infidelidad: otra rubia de ojos claros, larga melena y rasgos delicados. Como ella. Como si estuviera obsesionado con acostarse con falsas gemelas suyas. «¿Por qué tienes que engañarme con clones míos?», le pregunta, exasperada. «Cariño, ¿es que no lo entiendes?», contesta él. «Es porque nunca tengo bastante de ti».
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