—Información. Dígame.
—Hola, guapa. ¿Qué llevas puesto?
—Oiga, que esto es Información.
—Pues eso, infórmame.
—Que se ha equivocado, esto no es una línea erótica.
—Déjate de juegos y vamos al grano, que la llamada me está costando dinero. Acaríciate los pezones.
—Caballero, le repito que esto es Información, no el teléfono erótico. Y además es un servicio gratuito.
—Ah, ¿es gratis? Mucho mejor. Dime, ¿lo tienes depilado?
—¿Pero es que está usted sordo? ¡Que yo no me dedico a eso!
—No te imaginas lo dura que la tengo ahora, cariño. ¿No te gustaría chupármela? Arriba y abajo, all along the watchtower.
—Es usted un guarro, voy a llamar a la policía.
—Mujer, tampoco hay que ponerse así. ¿Qué ha sido de eso de que el cliente siempre tiene la razón?
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