Más de mil noches sin ti. Pero a ti no te importa, qué tontería recordártelo. Supongo que en realidad lo hago por mí o por el placer estético de hacerlo. Tenemos que ponernos de acuerdo de una vez en amarnos u odiarnos. Y luego voy a llamar a tu puerta siempre. Por mí o por el placer estético de hacerlo.
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