martes, 28 de febrero de 2006
Campeones
Jeremías toda su vida soñó con ser futbolista. Sus ídolos políticos, religiosos y lingüísticos eran Maradona y Pelé. Pero los niños del barrio no querían jugar con él, así que decidió entrenar en la soledad de su cuarto. Así, pasaba los días y las noches jugando al fútbol en casa sin ser molestado por sus padres, que estaban demasiado ocupados viendo la tele. Finalmente, decidió que estaba preparado para dar el salto al deporte profesional. Con treinta años y toda la ilusión del mundo se presentó en la cantera del equipo de su ciudad, donde superó a todos los demás niños a pesar de que estos eran veinte años más jóvenes que él, pero inexplicablemente fue rechazado. La historia de su vida.
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