martes, 12 de julio de 2005

Personalidades

Cierta vez, estando en el instituto, redacté un manifiesto juvenil exigiendo no recuerdo qué y luego lo dejé sobre la mesa del profesor, aunque tomé la preocupación de firmar con otro nombre para que no me pillaran (sí, todo esto es el típico acto vergonzoso que uno hace en la juventud sin saber por qué). El caso es que el profesor, después de leerlo como si nada, al hacerme un rato después una pregunta sobre el tema que estaba impartiendo se dirigió a mí usando el nombre firmante...

Muchas veces en internet he querido aprovecharme del supuesto anonimato que proporciona la red, pero siempre descubren que soy yo. ¿Por qué? ¿Es eso algo bueno o es malo? Ay, ¿qué le queda a uno si no puede ni ocultar su propia personalidad?

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