El viernes, mientras estaba en el examen de teología racional (que es como lo que decía Groucho Marx de la inteligencia militar), escribí esto, que pienso utilizar para ligar con guapas estudiantes de psicología:
El problema de Dios y sus implicaciones en esta vida actual que llevamos con mayor o menor fortuna (sobre todo menor, al menos en mi caso personal, que es el que me afecta a diario).
Todos tenemos una historia que contar, pero además necesitamos un público y queremos elegirlo. No para que haga de claque, sino para poder seducirlo. Amigos, familia, conocidos, son un público necesario, pero no suficiente. Te quiero seducir a ti, que desprecias mi pequeño teatro de variedades. Hoy, imitaciones de Woody Allen; mañana, imitaciones de Leonard Cohen; pasado, imitaciones de mí mismo (se me da mejor imitarme que ser yo).
Grandes misterios de la metafísica de ayer, hoy y siempre: cómo será tu ropa interior y si es posible cansarse de tus besos. Cuando hayamos resuelto esto podríamos pasar a ocuparnos de Dios.
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