Hace unos días Irune me echó las cartas para ver qué me esperaba en el 2005. No es que crea en esas cosas, pero por reírnos un rato. Pues bien, las cartas decían, sin especificar más, que no debía hacer caso a la lujuria y de ese modo tomaría la decisión correcta. Por suerte siempre se me ha dado bastante bien no follar.
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