jueves, 20 de mayo de 2021

La vida de hotel

La chica de recepción, joven y agradable, utiliza diminutivos sin venir a cuento en su conversación, como si estuviera tratando con niños pequeños en vez de con adultos. Pienso en la queja del personaje de Anthony Hopkins en El padre. Supongo que habrá estudios de mercado que digan que el cliente prefiere un lenguaje reconfortante que nos remita a la figura de la madre cálida y amantísima, pero a mí me molesta esta impostura. ¿De verdad es esto la vida cómoda? Facilitarnos la existencia cogiéndonos la manita incluso ahora, mucho antes, esperemos, de que nos adentremos en el terror.

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