viernes, 2 de abril de 2021

Documentos

Mi padre me enseña su partida de nacimiento. 1939. Todos los nombres de esta hoja de papel, salvo el suyo, pertenecen a personas muertas. Eso es envejecer, recordar a personas que ya no están aquí. Me muestra también una anotación y dice: «esta es la letra de mi padre». El abuelo que nunca conocí. Un hombre que respiró y tuvo ilusiones y desengaños, igual que yo. Que luchó contra el fascismo y perdió. Que amó y sufrió. Ahora sólo le recuerda su hijo octogenario. Yo ni siquiera soy capaz de entender su letra.

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